jueves, 26 de junio de 2014

Desencuentros


Movimientos de la Iglesia: otra forma de llevar la cruz a cuestas 



     Una gran cruz blanca de poliuretano con la silueta de un Cristo en un collage de recortes de periódico (inmigrantes subidos en la valla de las concertinas, un obrero muerto en accidente, la cola del paro, un comedor social, enfermos en medio del pasillo de un hospital) es el sorprendente símbolo que se encontraron fieles, y turistas, en la plaza de los Santos Niños, a las puertas de la Magistral de Alcalá de Henares (Madrid), el sábado 21, primer día de la estación del verano.

  El simbolismo de esas imágenes, “Los crucificados de hoy", movilizó a casi dos centenares de católicos bajo el lema "Desde el evangelio, por la justicia y los derechos sociales". Impávido, con gesto a veces contrariado, escuchaba los mensajes de duras críticas al sistema capitalista, a los bancos, a una política que está al servicio de la economía, en suma, toda una apología de posicionamiento con el débil, el mismísimo obispo de la ciudad, Juan Antonio Reig Pla, conocido por los titulares que expande habitualmente con sus declaraciones, de tinte ultraconservador, sobre aspectos sociales y sexuales (aborto y homosexualidad principalmente).

   La iniciativa surgió del Movimiento Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), con la participación de Acción Católica General, y otras bases, asumida por el Secretariado para los Movimientos que había invitado a las parroquias a participar (quienes no se han hecho partícipes). A algunos puede sorprenderle, a estas alturas, la estampa que prodigaron estos creyentes, pero HOAC tiene en su bagaje, para quien lo desconozca, desde sus inicios con Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón, casi setenta años de campañas continuas de denuncia sobre las condiciones laborales de los trabajadores (en contra de la última reforma laboral en lo inmediato, y campañas sobre accidentalidad laboral, condiciones de trabajo, e igualdad y dignidad en los salarios desde su inicio), y con todos los colectivos desfavorecidos (mujeres, niños, en años de posguerra y dictadura, pero amplía a inmigrantes actualmente…).
Tomás Malagón tras la mesa,
y Guillermo Rovirosa formaron un tándem
que dio solidez a un Movimiento que salió
de las sacristías a las fábricas y minas.

  Con cierto paralelismo sepamos que, mientras la jerarquía eclesiástica comulgaba con los dictados del poder civil sobre el mundo laboral, tras las huelgas en los pozos mineros de Asturias de 1957-58, apoyadas por HOAC y otros Movimientos especializados de AC -y que precipitaron un cambio radical en la política económica del gobierno franquista, con la aprobación del Plan de Estabilización (1959), salida de ministros "tecnócratas" del OPUS como Alberto Ullastres, Comercio, Mariano Navarro Rubio, Hacienda y Laureano López Rodó, subsecretario de Presidencia, y las consiguientes modificaciónes en la reglamentación de las relaciones laborales (1958)-, desde el Movimiento se denunció: "Los trabajadores, del mismo modo que fueron los más perjudicados por la inflación, comprueban con amargura que también pesan sobre ellos, de un modo particular, las medidas adoptadas para corregir los defectos de aquella política inflacionista, que estuvo a punto de conducir al colapso a la economía nacional. La clase obrera que, en muchas circunstancias, se encuentra sin una auténtica representación y sin medios idóneos para hacerse escuchar con el peso y la responsabilidad que les corresponde, ni fue consultada durante la etapa inflacionista anterior, ni tampoco lo ha sido a la hora de adoptarse las medidas del actual Plan de Estabilización. La falta de información desconcierta al trabajador, el cual no conoce las verdaderas causas y razones de los sacrificios que se les han impuesto, ni los motivos de la situación en que se halla". ¿Les suena?

   En aquellos disturbios, huelgas, con encierros en las Iglesias, que propiciaron la aceleración en la asociación de los trabajadores, participaron, en gran medida, los Movimientos especializados de la Iglesia, minando los cimientos de la Distadura. Se vió entonces, que en la Iglesia, como institución, y todo grupo social, el conservadurismo, la práctica de búsqueda del poder terrenal e inmediato, la supremacía de las jerarquías sobre las bases y la falta de comunicación entre ellas, se rompe en cuanto nuevos aires surgen desde la raíz y confluye con la cúpula. Entonces fue determinante también el respaldo al clero reivindicativo, que provenía en parte de estos Movimientos, desde el Concilio Vaticano II (se forzó una Asamblea Conjunta Obispos-presbíteros, en 1971, donde se debatieron importantes asuntos sociales y políticos), con la consiguiente crisis en la institución que trajo implicaciones importantes en el devenir de la Transición (el poder del púlpito no es desdeñable en la sociología de este país; la implicación de los obispos, con Vicente Enrique y Tarancón como más sobresaliente mediático del resto, fue, desde el otro eje, esencial).

   Ahora, la llegada del papa Francisco I quizá tenga mucho que ver con la nueva imagen y trayectoria que parece que se intenta imbuir desde Roma, y que corre como la pólvora en los cambios de las distintas Conferencias Episcopales del mundo católico.
   Así pues, si este Papa ha venido a entregar más pancartas y micrófonos a Movimientos como HOAC, y pongamos por caso, a otros como Juventud Obrera Católica (JOC), Movimientos Rurales, o en su momento Juventud Estudiante Católica (JEC), u otras siglas que también lucharon, y continúan, porque un mensaje huero y encriptado en procesiones y manifestaciones religiosas vanas se erradicara de las parroquias, y que la institución se alejara de un poder represivo en anteriores etapas y mercantilista en la que nos toca, es una cuestión a la que debemos estar atentos todos. El bagaje católico en la historia, y en la conciencia, de esta nación hasta estos días es indudable.
  En conclusión, la comunidad cristiana en su conjunto, los observadores de otros credos, y hasta los agnósticos, esperan que estos gestos no sean una impostura para ganar adeptos y se conviertan en las primeras líneas del libro blanco de los católicos para que rediseñen su "Hoja de Ruta" (en el próximo Sínodo extraordinario de octubre los obispos tienen la oportunidad de ahondar en temas tan candentes como los descritos, así como la homosexualidad, el divorcio, los anticonceptivos y la fecundidad in vitro, que también preocupan a las bases). Estar al lado de los más débiles, algo que ya hacen los Movimientos especializados, es quizá una opción determinante; la otra, la de continuar al lado de los poderosos, que se defienden extraordinariamente, puede recordarnos que vuelven a echarse a cuestas la vieja cruz.
Dibujo que simboliza, sin
palabras, la lucha por la
Justicia y la Solidaridad.
Blog de "Acebedo".

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