martes, 23 de diciembre de 2014

Entre Cervantes


Juan Goytisolo y la puta Celestina 
no dejan "obispo con mitra 
ni títere con cabeza"

Teo Puebla interpreta La Celestina 
(Acto 9). Del V Centenario de
la primera edición de Burgos (1999).
Museo La Celestina,
La Puebla de Montalbán (Toledo).
   "El mal y el bien, la prosperidad y la adversidad, la gloria y pena, todo pierde con el tiempo la fuerza de su acelerado principio."
                                                                               La Celestina III, 1.

   Son dos clásicos, a su modo, de la mente libre y desinhibida en una España encorsetada y postrada durante siglos; si el uno ilustrado, la otra pedigüeña y hábil en sus engaños.
   A Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) la "gloria" ha llamado a su puerta, por fin, con el Premio Cervantes 2014, después que despotricara contra este premio hace unos años. Este hilador entre la vieja Europa y el mundo islámico venía a decir en su descarnado Vamos a menos (El País, 10-1-2001): "La decisión del jurado del Premio Cervantes el pasado mes de diciembre (el laureado fue Francisco Umbral) prueba de modo concluyente (por si hubiera aún necesidad de ello) la putrefacción de la vida literaria española, el triunfo del amiguismo pringoso y tribal, la existencia de fratrías, compinches y alhóndigas, la apoteosis grotesca del esperpento. Sí, Spain is different, y lo es sin remedio. [...]Si a ello añadimos el hecho de que la educación se ha convertido en una nueva forma de calamidad pública... [...] ¡Poetas, narradores, dramaturgos, al acecho de planetario premio, de alcaponesca beca!: trenzándose, entretanto, unos a otros, floridas guirnaldas, prodigándose henchidos elogios, redactando sonoros panegíricos: fuera de tono, inauténticos siempre excepto cuando airada, recíprocamente se combaten", etcétera. Cualquier parecido con el Parnaso de hoy sería desde luego simple coincidencia. En este campo, si tenemos en cuenta los estragos de la seudocultura mediática y la ignorancia general de nuestro pasado, incluso el más próximo, no cabe sino concluir que vamos a menos". (Camilo José Cela se explayaría con un "El Cervantes es un premio cubierto de mierda". El galardonado, Adolfo Bioy Casares, con elegancia y humor rioplatense contestó indirectamente: "Se lo agradezco por la parte que me toca". En 1995 lo recogió Don Camilo sin pudor, ni mancha, alguno.)   
Juan Goytisolo.
www.vilanova.cat
   Muy lejos de Cela, en biografía y literariamente, Goytisolo persigue el discurrir de la actualidad. En "El sueño de una Gran Andorra" (El País, 23-9-2014) afirma: "Para quienes gritan escandalizados "Madrid nos roba" habrá sido una dolorosa sorpresa el descubrir a los saqueadores en su propia casa. La prodigiosa saga de la familia Pujol —del expresident, su inefable esposa y toda la prole— ha expuesto a la luz la cruda verdad de la apropiación a mansalva del dinero público por unos próceres que, tras la pantalla de sus supuestos valores éticos y esencias patrias, conciben sus funciones como un coto o botín de su exclusiva propiedad. [...] La apuesta independentista de Convergència no se ajusta siquiera a la derrotada de Escocia. El programa de ésta contenía un capítulo social contrapuesto al del conservadurismo inglés y los recortes sociales que arrojaron a la calle a docenas de millares de obreros de Glasgow. En el caso español, los programas de Mas y Rajoy son idénticos. Resulta comprensible que, si Cataluña fuera Dinamarca o Suecia y España lo que es, tuvieran deseos de independizarse y entrar en la pequeña lista de países que justamente reivindican su transparencia y honradez, pero, desvanecida la gran fiesta de las emociones identitarias, el panorama que se divisa en Cataluña no tiene nada de reconfortante. El salto al vacío del secesionismo —la probabilidad de quedar fuera de la Unión Europea y del euro— pone en entredicho el sueño de los políticos nacionalistas del entorno del president: convertir a Cataluña en una Gran Andorra en donde circularían libremente capitales y bienes, los magnates del casino global invertirían sus millonarias cuentas y los recién estrenados ciudadanos, investidos de su flamante identidad, serían felices y comerían perdices. Digámoslo bien claro: los nacionalismos exclusivos manipulan los sentimientos en detrimento de la razón y se encierran en el falso dilema entre lo bueno nuestro y lo malo ajeno...". 
   Tras recibir la notificación del "Cervantes" por el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, confiesa a la web Espía en el CongresoPor fin la sociedad civil española ha reaccionado. Y debéis decirlo a todo el que os pregunte: apoyo a Podemos [...], estoy harto de la corrupción [...] el aparato (teléfono) no me para de sonar, ayer tuve que descolgarlo porque no quiero hablar con ningún periodista ni hacer ninguna entrevista con las habituales preguntas estúpidas” (a la vista de estos antecedentes los actos y ceremonia del Premio pueden ser una buena antesala de traca que despierte cerebros adormecidos ante el año electoral que se nos viene encima). Alguien dijo que Goytisolo "es un sí y a veces un no al mismo tiempo, una forma de ser, ambigua pero total". De su juventud comunista, viajero incansable entre Marruecos, Francia y España, casi un apátrida, restan como diamantes sus confesiones, sobre su vida personal o sobre sus creencias
   Su hermano Luis no se deshace en elogios y considera que ambos son "dos escritores muy distintos [...] Juan, en cierto modo, es más mediático, y lo que sucede también es que su obra está más dentro de la tradición española, tanto sus ensayos como sus novelas. España está siempre muy presente en sus obras, aunque con ojos críticos y, con frecuencia, certeros". El jurado necesitó dos horas y siete votaciones para decidir el premio, destacando "su voluntad de integrar las dos orillas y su apuesta permanente por el diálogo intercultural"; menos mal que luego resalta s"capacidad indagatoria en el lenguaje, sus propuestas estilísticas complejas desarrolladas en diversos géneros literarios". Su antecesora, la mexicana Elena Poniatowska, lo compara, entre bromas, con la duquesa de Alba: "Es a veces tan auténtico como la duquesa de Alba", recordando una visita con el escritor a unas pirámides en México donde éste le confesó: "Es más difícil subir a las pirámides que una noche de amor"José Manuel Caballero Bonald, galardonado hace dos años, lo define como "una de las cumbres literarias españolas desde la posguerra".
   Su obra literaria arranca en 1954 con Juegos de manos, que lo sitúa dentro del realismo crítico de posguerra, a la que seguirían La isla y la trilogía formada por Señas de identidad (1966), Reivindicación del conde don Julián y Juan sin tierra, donde construiría una de las más ácidas visiones de la España franquista, con una arriesgada creación heterodoxa. Aún cree que sigue pendiente la transición cultural: “Sigue vigente el canon nacional-católico. Yo tengo fama de heterodoxo y nunca he buscado la heterodoxia sino ampliar la base del canon, es decir, incorporar lo que había sido dejado de lado, ampliar el ámbito reductivo del nacionalcatolicismo, la fidelidad a un relato histórico que no se corresponde con la realidad. Hay tres temas tabú en la cultura española. Uno es el carácter mudéjar de la literatura española -castellana y catalana- en sus tres primeros siglos. Se escribe en lengua romance pero inspirándose en modelos literarios árabes. El segundo, la importancia del problema de la limpieza de sangre: toda la literatura está embebida de la violencia entre cristianos viejos y cristianos nuevos y esto se traduce en nuevas formas literarias en el siglo XV y el XVI. Tercero, el extrañamiento del tema erótico. Tanto Menéndez Pidal como Unamuno hablan de la cultura española como una cultura casta en contraposición al libertinaje de la cultura francesa. Cuando uno conoce el Cancionero de burlas, La lozana andaluza o La Celestina se encuentra con un rotundo desmentido a esta afirmación” (cultura.elpais.com, 24-11-2014).
Goytisolo, siempre "abriendo" puertas.
De www.ousferrats.com
   De su exilio en Marraquech surge la novela Makbara (1980). Viajero incansable de las guerras de Bosnia y Chechenia entre 1993 y 1996 surgen Pájaro que ensucia su propio nido y Contra las sagradas formas. Se ha solidarizado con la lucha por la libertad en Cuba (en el 2010, junto a Antonio Muñoz Molina, y el polaco Adam Michnik, manifestó su apoyo a la liberación de los periodistas cubanos encarcelados a raíz de la célebre Primavera Negra de 2003, y pronto escuchamos su opinión sobre el levantamiento, esta semana, del bloqueo estadounidense a la isla, isla donde su imaginaria mulata cubana de Juan sin tierra es una ecolalia de Celestina: "..., la gorda, sólo aspira a dar placer y recibirlo pues la vida es sabrosa y debe apurarse sin remilgos ni teorías, con la conciencia tosca pero clara de que no hay otra realidad fuera de la que uno ve, gusta y toca..."). 
   De la "Madre España" sostiene que la transición política se hizo “todo lo bien que se pudo”, y su voraz crítica la vierte intermitentemente en artículos y ensayos. Ahora se refugia, se encierra sobre todo, en la poesía: Ardores, cenizas, desmemoria (2012). Hay quien ha definido su creación como un gran "collage", donde conviven versos del Arcipreste de Hita, con anuncios de televisión, para luego hablar de misticismo y sexo, inmigración, o el hito de la izquierda tras la caída del Muro de Berlín, sin perder de vista el carácter poliédrico del mundo árabe. 
   Juan Goytisolo acudió a La Puebla de Montalbán (Toledo) para el V Centenario (1999) de la publicación de los dieciséis primeros actos, primero Comedia y posterior Tragicomedia de Calisto y Melibea (allí con una ajustada timidez, pudimos apreciar la genialidad en su discurso, la exactitud en la idea y magistral en el prólogo a la edición para la conmemoración. A su lado el también luego "Cervantes" José Hierro, deleitaba a sus lectores con ágiles trazos de dibujos en sus dedicatorias). Mientras Hierro terciaba en sus versos de "Vida", (Cuaderno de Nueva York, Hiperión, Madrid, 1999):
 [Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito “¡Todo!”, y el eco dice “¡Nada!”.
Grito “¡Nada!”, y el eco dice “¡Todo!”.

Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.]

   Goytisolo encendía las ascuas de Celestina igualando en la vida putas y damas: "Las únicas leyes que rigen el universo de ruido y de furia de La Celestina son las de la soberanía del goce sexual y el poder del dinero. [...] Las cínicas observaciones de Celestina sobre el hecho de que "ninguna diferencia havría entre las públicas, que aman, a las escondidas doncellas, si todas dijesen "sí" a la entrada de su primer requerimiento" (VI), dado que "coxquillocicas, son todas, mas después que una vez consienten la silla en el envés del lomo nunca querrán folgar (III)..., se ajustan a la fatalidad de unas pasiones que enhebran el hilo argumental de la Tragicomedia"
   Pasiones y lujuria que entran en los mismísimos templos de la mano de Celestina y que llaman la atención del estudioso: "Que hombre había que estando diziendo missa, en viéndome entrar, se turbaban, que no fazian ni decían cosa a derechas. Unos me llamaban señora, otros tía, otros enamorada, otros vieja honrada. Allí se concertaban sus venidas a mi casa, allí las ydas a la suya, allí se me ofrecían dineros, allí promesas, allí otras dádivas, besando al cabo de mi manto, y aun algunos en la cara, por me tener más contenta (IX, 3)".
 El crítico Goytisolo afirma que "es la obra más virulenta y audaz de nuestra literatura, pero cuyo afán devastador de no dejar obispo con mitra ni títere con cabeza, se compensa con un lenguaje inédito, desinhibido y suelto de un yo individualizado y moderno, liberado de la camisa de fuerza de las convenciones, arquetipos y moldes que anteriormente lo ataban y reducían"Quien lo fue a decir ya dejó en las últimas páginas de Juan sin tierra una confesión de un penitente, ¿onírica?: "... algo más majo?/ bueno dices tú: también falté al sexto/ al sexto?/ una vez o varias veces?/ infinitas veces!/ con acciones o de pensamiento?/ con acciones y de pensamiento!/ solo o acompañado?/ solo y acompañado!/ con hombre y mujeres?/ con hombres y mujeres!/ con niños?, murmura él/con niños! con niñas! con ancianas! con ancianos!/ no es posible gime él/ sí, sí, gritas tú: con todo quisque!/ Dios mío!/ con perros! con cabras! con cisnes! con dromedarios!/cunnilingus? cunnilingus!..."
La Celestina, primer acto.
Teo Puebla.
   Amén de la complicidad con el sexo de Celestina, Juan quizás ya participaba de su precognición: que estamos en algo parecido al epicentro de un terremoto cuando predecía en aquel prólogo "el continuo e imparable declive de los valores humanistas, solidarios y democráticos en una Aldea, Tienda o Casino Global regidos por poderes incontrolables y cuya única ley es también la inmediatez del provecho"Teo Puebla, natural de la misma plaza, pintó las imágenes que luego acompañan al inigualable texto y que son prodigio de luz y simbolismo (rojo tragedia y también infierno, donde coincidirán putas y escritores sin mordazas. ¿Acaso no se reunirán allí los espíritus de Juan y Celestina?).
      Si subimos por último al carro de este acto al paridor de la obra inmortal, Fernando de Rojas, que al final de la misma escribía: "Por ende, si vieres turvada mi mano,/ turvias con claras mezclando razones,/ dexa las burlas, ques paja y grançones,/ sacando muy limpio dentrellas el grano", bien podemos aseverar que al flamante "Cervantes" no le ha temblado el pulso para separar la paja del trigo. Seguro que a este Juan cervantino, la mente, la pluma y el pulso no lo pervertirán, en muchos años, en el "Rinoceronte", a lo Ionesco.

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